Situada en un alto valle de la cadena del Jura
(el centro de la ciudad se sitúa a unos 1000 metros sobre el nivel del
mar), La Chaux-de-Fonds es la segunda ciudad de mayor altitud de Suiza
después de Davos, y una de las ciudades de mayor altitud de Europa. El desarrollo de la ciudad en los siglos XVIII y XIX se debió
fundamentalmente al proceso de industrialización que sufrió la región.
Inicialmente concebidas como actividades artesanales complementarias de
la agricultura y de la ganadería, el encaje y la relojería se convirtieron a partir del siglo XVIII en motores del desarrollo de
la ciudad. El crecimiento de la población en el siglo XIX, impulsado por el
desarrollo de la indústria relojera, fue espectacular, duplicándose la
población entre principios y mediados de siglo y triplicándose entre
1850 y 1915. Esa llegada masiva de inmigrantes, tanto suizos (alemánicos
en su mayoría) como extranjeros (franceses, italianos y alemanes)
contribuyó a transformar la ciudad en un centro multicultural y
multirreligioso, abriéndose en 1834 una parroquia católica y
estableciéndose una importante comunidad judía de origen alsaciano, la cual erigió en La Chaux-de-Fonds una de
las mayores sinagogas del país.
foto: Simon R. Rowell
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Le Locle está situada a pocos kilómetros de la ciudad de La Chaux-de-Fonds. Es el centro de la industria relojera suiza y la sede de varias empresas del sector como, Tissot, Ulysse Nardin, Mido y Zenith. Aquí se encuentra uno de los primeros museos sobre relojería del mundo, el Musée d'Horlogerie du Locle, Château des Monts, localizado en una hacienda del siglo XIX en una colina al norte de Le Locle.
fuente: www.legaletas.ch
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