Patrimonio de la humanidad es el título conferido por la UNESCO (La Organización de las Naciones, la Educación, la Ciencia y la Cultura) a lugares específicos del planeta para catalogar, preservar y dar a conocer su importancia cultural o natural para la herencia común de la humanidad.
Quiero enseñaros estos sitios y monumentos maravillosos y aseguraros, que los lugares menos conocidos os van a sorprender gratamente.

martes, 29 de noviembre de 2016

El maloya y las ostensiones septenales lemosinas. Francia

El maloya
Es un estilo de música, canto y danza nativo de la isla de la Reunión. Mestizo desde sus orígenes, el maloya es una creación de los esclavos malgaches y africanos de las plantaciones de caña de azúcar, que luego hicieron suya todos los habitantes de la isla. En sus inicios revestía la forma de un diálogo entre un solista y un coro acompañado de instrumentos de percusión, pero hoy está cobrando formas cada vez más variadas tanto en las letras de sus canciones como en los instrumentos utilizados (djembés, sintetizadores, baterías, etc.). En sus orígenes el maloya acompañaba los ritos de veneración de los antepasados, pero paulatinamente fue transformándose en canto de lamento y protesta de los esclavos. En los últimos treinta años se ha convertido en una música representativa de la identidad de la población isleña.  Hoy en día, esta música se mantiene viva gracias a unos 300 grupos musicales registrados –en algunos de los cuales hay artistas mundialmente conocidos– y a la enseñanza musical especializada que se imparte en el Conservatorio de la Reunión.

                                                        fuente: Unesco

Las ostensiones septenales lemosinas
Son ceremonias y procesiones grandiosas que se organizan cada siete años para mostrar y venerar reliquias de santos de la Iglesia Católica conservadas en iglesias de la región de Limoges. Toda una serie de hermandades y comités participan activamente en la transmisión oral y escrita de los conocimientos, así como en el traspaso de objetos que guardan relación con esta práctica cultural. La preparación de las ostensiones comienza con un año de antelación en los municipios, y son muy numerosos los artesanos, párrocos, concejales, voluntarios y organismos caritativos que movilizan sus conocimientos y competencias prácticas para organizar las festividades y hacer revivir la memoria de este elemento del patrimonio cultural.

                                                            fuente: Unesco

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