Es un estilo de música, canto y danza nativo de la isla de la
Reunión. Mestizo desde sus orígenes, el maloya es una creación de los
esclavos malgaches y africanos de las plantaciones de caña de azúcar,
que luego hicieron suya todos los habitantes de la isla. En sus inicios
revestía la forma de un diálogo entre un solista y un coro acompañado de
instrumentos de percusión, pero hoy está cobrando formas cada vez más
variadas tanto en las letras de sus canciones como en los instrumentos
utilizados (djembés, sintetizadores, baterías, etc.). En sus orígenes el maloya acompañaba los ritos de veneración de
los antepasados, pero paulatinamente fue transformándose en canto de
lamento y protesta de los esclavos. En los últimos treinta años se ha
convertido en una música representativa de la identidad de la población
isleña. Hoy en día, esta música se
mantiene viva gracias a unos 300 grupos musicales registrados –en
algunos de los cuales hay artistas mundialmente conocidos– y a la
enseñanza musical especializada que se imparte en el Conservatorio de la
Reunión.
fuente: Unesco
Las ostensiones septenales lemosinas
Son ceremonias y procesiones grandiosas que se organizan cada siete años
para mostrar y venerar reliquias de santos de la Iglesia Católica
conservadas en iglesias de la región de Limoges. Toda una serie de hermandades y comités participan
activamente en la transmisión oral y escrita de los conocimientos, así
como en el traspaso de objetos que guardan relación con esta práctica
cultural. La preparación de las ostensiones comienza con un año de
antelación en los municipios, y son muy numerosos los artesanos,
párrocos, concejales, voluntarios y organismos caritativos que movilizan
sus conocimientos y competencias prácticas para organizar las
festividades y hacer revivir la memoria de este elemento del patrimonio
cultural.
fuente: Unesco
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