Según la tradición oral de este pueblo, con esta fiesta se conmemora el hecho de que una mujer sidama, después de haber contraído matrimonio, viniera todos los años a visitar a sus padres y parientes trayéndoles ''buurisame'', una preparación culinaria hecha con falso plátano, manteca y leche, para que la compartieran con sus vecinos. Durante toda la fiesta tienen lugar eventos colectivos, como interpretaciones de cantos y bailes ancestrales, en los que participan todos los sidamas sin distinción de sexo, edad o condición social. El primer día de la fiesta los niños van de casa en casa para felicitar a sus vecinos, que les ofrecen platos de ''buurisame'' a cambio de sus buenos deseos. La celebración del Año Nuevo ofrece a los jefes de clan una ocasión para dispensar sus consejos a los sidamas: esforzarse en el trabajo, respetar a los mayores y ayudarlos, no talar las especies de árboles endémicos, no caer en la mendicidad ni en la indolencia, no levantar falsos testimonios y no robar.
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