Patrimonio de la humanidad es el título conferido por la UNESCO (La Organización de las Naciones, la Educación, la Ciencia y la Cultura) a lugares específicos del planeta para catalogar, preservar y dar a conocer su importancia cultural o natural para la herencia común de la humanidad.
Quiero enseñaros estos sitios y monumentos maravillosos y aseguraros, que los lugares menos conocidos os van a sorprender gratamente.

martes, 17 de enero de 2017

Arte tibetano

Las artes regong
En los monasterios y aldeas de la cuenca del río Longwu, situada en la provincia de Qinghai, al oeste de China, monjes budistas y artistas folclóricos de las etnias tibetana y tu mantienen la tradición de las artes plásticas conocidas por el nombre genérico de regong: pinturas thangka y frescos murales, patchworks barbola y esculturas. La influencia de estas expresiones artísticas se extiende a las provincias vecinas y llega hasta los países de Asia del Sudeste. El thangka, arte de pintar rollos religiosos en honor de Buda, consiste en aplicar con un cepillo especial colores naturales a tejidos con motivos trazados al carboncillo. Para la confección de los patchworks barbola, destinados a ser utilizados como velos u ornamentos de columnas, se utilizan formas de plantas y animales recortadas en seda para crear en el tejido un efecto de relieve suave. Las esculturas regong, ejecutadas en madera, arcilla, piedra o ladrillo se destinan a la ornamentación de vigas, paneles murales, mesas para servir el té y armarios de templos y casas particulares. Las técnicas de fabricación se transmiten de padres a hijos, o de aprendices a maestros, y se ajustan a las instrucciones de los antiguos libros de pintura budistas relativas al dibujo de las líneas y figuras, la armonía de los colores y el diseño de los motivos.

                                                          fuente: ICHCAP


                                                  fuente: Absolute China Tours


                                         fuente: China Tours from Australia


La ópera tibetana
Es un arte que engloba canciones folclóricas, danzas, narraciones, salmodias, acrobacias y ritos religiosos. Este espectáculo comienza con una ceremonia de invocaciones religiosas –que comprende una purificación de la escena por parte de cazadores y una bendición impartida por los ancianos– y finaliza con otra ceremonia de bendiciones. El núcleo central de la ópera es una obra teatral declamada por un solo narrador y representada por actores acompañados de grupos de cantores, bailarines y acróbatas. Los actores llevan máscaras tradicionales de formas y colores variados que contrastan con la sencillez del resto de su atuendo. El centro del espacio escénico está señalado por un árbol plantado en tierra, envuelto en papel de color y rodeado por agua purificada y accesorios teatrales. Arraigadas en las enseñanzas del budismo, las narraciones de la ópera tibetana relatan la victoria del bien y la condenación del mal.

fuente: www.chinesetimeschool.com


La tradición épica del Gesar
Es una epopeya tibetana y el texto más largo del mundo. Actualmente el texto épico más antiguo que conserva vitalidad, y que se sigue recitando y ampliando oralmente todavía hoy. Se desconoce cuándo empezó a componerse. El manuscrito más antiguo que se conserva es del siglo XII d. C. y se cree que fue escrito por algún monje budista. Desde entonces, los juglares lo siguen difundiendo oralmente, al tiempo que enriquecen sus episodios y sus formas de expresión. Durante la década de 1860, un equipo de monjes del monasterio de Dzogchen dirigidos por el monje tibetano Ju Mipham Gyatso realizó una edición xilografiada. El argumento de El rey Guesar es el siguiente. Hace muchísimos años, las catástrofes naturales y los desastres provocados por el ser humano azotaban las vastas extensiones del Tíbet; los demonios y los espectros hacían y deshacían a su antojo; el pueblo vivía sumido en un abismo de sufrimientos. El Boddhisatva de la Misericordia quiso rescatar al pueblo de tantas penalidades y pidió al Buda Salvador Amida que enviara al mundo a Tuiba Gewafa, hijo del dios, para someter a los demonios. Tuiba Gewafa apareció en el Tíbet y se presentó ante los cobrizos tibetanos como el rey Guesar, es decir, como su soberano. Los creadores de la epopeya lo dotaron de una personalidad inconfundible y de singulares poderes, dando a luz a un semidiós. Esta figura heroica a medio camino entre los dioses y los seres humanos reúne las condiciones para cumplir la sagrada misión de domeñar a los demonios, reprimir la violencia, ayudar a lo débiles y beneficiar al pueblo. En este mundo, el rey Guesar afrontó infinidad de situaciones muy comprometidas, de las que salió siempre ileso por sus propios medios y gracias a la protección de su padre. Finalmente, el héroe consiguió exterminar a los demonios y espectros que se empeñaban en matarlo. El rey Guesar empezó a poner fin a la desgraciada situación del pueblo el mismo día de su nacimiento; a los cinco años se trasladó con su madre a orillas del río Amarillo; a los doce ganó una carrera de caballos y es entronizado. Ya convertido en rey, empezó a aprovechar al máximo sus extraordinarios poderes para lanzar expediciones de castigo contra los monstruos de toda laya que poblaban este mundo. Sometidos estos, Guesar alcanzó la bondad perfecta y regresó con su madre y su esposa al reino de los dioses, con lo que la larga epopeya llega a su fin.

                                                fuente: china radio international



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