La fabricación de cruces está muy extendida en Lituania y Letonia. No
sólo evoca la tradición de la creación de cruces y altares, muy
extendida en el país, sino también su consagración y los rituales
asociados. Las cruces, talladas en madera de roble, están asociadas a
las ceremonias católicas y a las fiestas de la cosecha. Desde el momento
en que la cruz es consagrada por un sacerdote, adquiere una
significación sagrada inalienable. En el siglo XIX, con la integración
al imperio ruso (ortodoxo), estas cruces se convirtieron además en el
símbolo de la identidad nacional y religiosa de Lituania. Este
simbolismo se reforzó bajo el régimen soviético, aunque oficialmente
estaban prohibidas.
Su altura varía de uno a cinco metros, suelen estar cubiertas por un
tejadillo y decoradas con decoraciones florales o geométricas. A veces
están acompañadas de estatuillas. Las cruces se encuentran al borde de
las carreteras, a la entrada de los pueblos, cerca de otros monumentos o
en los cementerios. Las personas desamparadas suelen solicitar la
intercesión de la Virgen María y de distintos santos para que vengan en
su ayuda. Se hacen diferentes ofrendas, como alimentos, rosarios,
dinero, pañuelos de colores (para un matrimonio, por ejemplo), o
delantales (símbolo de la fertilidad).
fuente: Mil Viatges
fuente: Didàctica del Patrimoni Cultural
fuente: 유네스코와 유산 - 유네스코한국위원회
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