Existen datos de su existencia desde el siglo II a.C. Fue en numerosas ocasiones la capital del reino de Hadramaut. Su arquitectura con edificios de varios pisos, de adobe, separados por un laberinto de callejones estrechos, le vale el sobrenombre de Manhattan del desierto
o "la más antigua ciudad de rascacielos del mundo". El método de
construcción de los edificios en tierra cruda es ancestral, siendo los
más antiguos que se conservan del siglo XVI. La ciudad es el ejemplo más antiguo de planificación urbana basada en
los principios de la construcción vertical, un plano bien definido. Los
edificios más altos alcanzan las 16 plantas y una altura de hasta 40
metros, siendo el minarete, con 50 metros, el edificio más alto de la
ciudad. Para proteger las edificaciones de las inclemencias, las
fachadas son recubiertas con un baño espeso que hay que renovar
regularmente. Un gran programa de restauración está actualmente en
marcha.
La ciudad se vio afectada por las inundaciones que asolaron Yemen en 2008.
Malas gestiones en su manejo, amenazas naturales y el conflicto armado
acontecido durante el año 2015, hacen que el comité del Patrimonio de la
Humanidad de la Unesco, inscriba al sitio en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro en julio del año 2015.
foto. Will De Freitas
foto: kebnekaise
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foto: Najeeb Musallam
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