Está situado en la localidad de Guadalupe, en la provincia de Cáceres. Antes de la ampliación monástica, el santuario se mantuvo como priorato secular durante cuarenta y ocho años en los reinados de Alfonso XI de Castilla y Enrique II de Castilla, bajo patronato real y señorío civil. En 1389 pasó a ser monasterio. Se trata de un edificio religioso único, mezcla de estilos gótico,
mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico, cuya construcción se ha
desarrollado a lo largo de los siglos XIII al XVIII. Cuenta la leyenda que, en plena invasión árabe, allá por el siglo VIII,
una imagen de la Virgen junto con otras reliquias había sido escondida
por unos monjes junto al río Guadalupe. Los relatos y sucesos relacionados con la Virgen de Guadalupe llegaron a oídos del rey Alfonso XI, que visito el lugar a mediados del siglo XIV y dono el dinero necesario para la construcción de una iglesia. A finales del siglo XIV el rey Juan I entrego a la Orden de los Jerónimos la iglesia del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
Virgen de Guadalupe
foto: Arild Helgeland
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