Es el repertorio tradicional de la música clásica que constituye
la esencia de la cultura musical persa. Aunque la interpretación de
la música tradicional iraní se basa esencialmente en el arte de la
improvisación –en función del estado de ánimo del artista y las
reacciones del auditorio–, los músicos dedican varios años a dominar el
radif por contener éste el conjunto de elementos imprescindibles para
sus interpretaciones y composiciones. El radif puede ser vocal o
instrumental y se interpreta con instrumentos que exigen técnicas de
ejecución diversas: laúdes de mástil largo llamados tār y setār; cítara
santur, cuyas cuerdas se golpean con macillos; vihuela de péndola
kamānche; y flauta de caña ney. Transmitido oralmente de maestros a
discípulos, el radif encarna a la vez la estética y la filosofía de la
cultura musical persa. Su aprendizaje exige como mínimo diez años de
dedicación, durante los cuales los alumnos no sólo deben memorizar su
repertorio, sino también ejercitar una ascesis musical encaminada a
abrirles las puertas de la espiritualidad.
fuente: heritage.unesco.or.kr
fuente: www.asia.si.edu
La música de los bakhshis del Jorasán
Los bakhshis son famosos por su talento para
tocar el dotār, un laúd de mástil largo provisto de dos cuerdas, y
recitar poesías y epopeyas islámicas y gnósticas de temas históricos,
mitológicos y legendarios. Su música, denominada magham, comprende
piezas instrumentales y/o vocales interpretadas en turco, kurdo,
turkmeno y persa. La modalidad de magham más extendida es la denominada
navāyī, que se caracteriza por ser vocal, sin ritmo y de una gran
variedad, y también por ir acompañada de la recitación de poemas
gnósticos. Para los bakhshis, una de las
dos cuerdas del dotār es masculina y la otra femenina: la cuerda
masculina permanece “abierta”, mientras que la cuerda femenina es la que
se utiliza para ejecutar la melodía principal. La música de los
bakhshis se transmite de dos maneras: con un método tradicional de
enseñanza directa impartida por un maestro a un discípulo –en este caso
el aprendizaje se limita a los miembros masculinos de la familia o del
vecindario– y un método moderno en el que un maestro forma a varios
alumnos de ambos sexos y de medios sociales diversos.
fuente: www.unesco.org
Los rituales del pahlevani y el zoorkhanei
El pahlevani es un arte marcial en el que se mezclan elementos
islámicos, gnósticos y creencias de la antigua Persia. Consiste en un
conjunto ritual de movimientos de gimnasia y calistenia, ejecutados por
un grupo de diez a veinte hombres. El grupo blande instrumentos que
simbolizan armas antiguas. La celebración del ritual tiene lugar en el
zoorkhane, un edificio sagrado rematado por una cúpula en el que hay una
pista de forma octogonal, hundida en el suelo y rodeada por una o
varias gradas circulares con asientos para el público. El morshed
(maestro) encargado de presidir el ritual recita poemas épicos y
gnósticos, marcando el compás con un zarb (tambor de copa). Esos poemas
forman parte de la llamada literatura zoorkhanei y transmiten enseñanzas
de carácter ético y social. Los participantes en el pahlevani pueden
pertenecer a todas las clases sociales o religiones. Los alumnos adquieren durante su
formación valores éticos y caballerescos bajo la supervisión de un
pīshkesvat (campeón). Los que dominan las diferentes técnicas, acatan
principios religiosos y franquean con éxito las etapas éticas y morales
del gnosticismo pueden llegar a la categoría de pahlevanī (héroe), que
les confiere un determinado rango y autoridad dentro de su comunidad.
fuente: heritage.unesco.or.kr
fuente: www.pinterest.com
Rituales Qālišuyān de Mašhad-e Ardehāl, en Kāšān
Se practican para honrar la memoria de Soltān Ali, un santo varón
venerado por los habitantes de Kāšān y Fin. Según la leyenda, el cuerpo
martirizado de este santo fue encontrado y transportado en una alfombra a
orillas de un arroyo, donde su cuerpo fue lavado y sepultado por los
habitantes de Fin y de Xāve. Hoy en día, el mausoleo de Soltān Ali es el
escenario de un rito en el que se procede a lavar una alfombra en el
arroyo sagrado, en medio de un gran gentío congregado. El ritual se
celebra el viernes más cercano al decimoséptimo día del mes de Mehr,
según el calendario solar agrícola. La mañana de ese día los habitantes
de Xāve se reúnen en el mausoleo para rociar la alfombra con agua de
rosas. Una vez finalizado el ritual de la envoltura de la alfombra, la
entregan en el exterior a los habitantes de Fin, que la enjuagan con
agua corriente y la rocían de nuevo con gotas de agua de rosas
sirviéndose de palos de madera cuidadosamente arreglados y bellamente
ornamentados. A continuación, la alfombra se lleva otra vez al mausoleo.
La población de Kāšān aporta una alfombra de oración y los habitantes
de Našalg celebran su ritual el viernes siguiente.
fuente: en.unesco.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario