Comprende la fabricación y el uso tradicionales de objetos de cobre de la localidad de este nombre, situada en la vertiente sur de la cordillera del Cáucaso. La totalidad del proceso de fabricación lo coordina un maestro fundidor con la ayuda de un aprendiz, que va adquiriendo con la práctica el dominio de las diferentes técnicas. Un herrero atiza el fuego de la forja con un fuelle y martillea el cobre fundido hasta modelarlo en placas finas. Luego, un calderero pule y ornamenta esas placas hasta obtener el producto acabado. Esta última etapa de la fabricación artesanal reviste una importancia cultural especial, ya que los motivos de ornamentación utilizados se centran a menudo en el medio ambiente y el entorno locales, reflejando los conocimientos y valores tradicionales de los depositarios de este arte tradicional. El maestro fundidor se encarga de vender los productos finales en el taller y de remunerar el trabajo de los artesanos que han participado en su fabricación. Los conocimientos y técnicas tradicionales de fabricación se transmiten de padres a hijos en el seno de las familias de fundidores.
fuente: www.unesco.org
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