Patrimonio de la humanidad es el título conferido por la UNESCO (La Organización de las Naciones, la Educación, la Ciencia y la Cultura) a lugares específicos del planeta para catalogar, preservar y dar a conocer su importancia cultural o natural para la herencia común de la humanidad.
Quiero enseñaros estos sitios y monumentos maravillosos y aseguraros, que los lugares menos conocidos os van a sorprender gratamente.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Sitios arqueológicos de Micenas y Tirinto. Grecia 1999

Micenas está situado a 90 km al sudoeste de Atenas, en el nordeste de la península del Peloponeso y entre sus restos más visibles se cuentan los muros ciclópeos de las ruinas de la acrópolis y las construcciones funerarias, como el llamado Tesoro de Atreo. Según la mitología griega, fue fundada por Perseo, a continuación de la muerte accidental de Acrisio, rey de Argos. Cuando la ciudad le retornó legítimamente, Perseo prefirió cederla a Megapentes, sobrino del difunto, y partió a fundar una nueva ciudad, que llamó «Micenas», en alusión al pomo de su espada o al hongo que encontró en el lugar. Micenas era el reino del héroe homérico Agamenón, jefe de los aqueos durante la Guerra de Troya. Homero la describe como querida de Hera, y «rica en oro». La riqueza de la ciudad era proverbial en la Antigüedad. Los primeros signos de asentamientos permanentes en Micenas se fechan hacia 3000-2500 a. C.  Las primeras viviendas que se han hallado en la zona de Micenas fueron construida hacia el 3000 a. C. aunque el poblado más importante de la región en aquella época era Lerna, pero quedó abandonado hacia el 2200 a. C. Varios siglos más tarde, en torno a 1900 a. C., los restos de cerámica minia indican que se empezó a producir la llegada de las tribus griegas a la región.

                                                                  foto: Richard Mortel

El palacio real (1350-1330 a. C.) se compone de un gran patio central rodeado por una serie de edificios. Se accedía a él a través de un propileo. En el ala este del palacio están el «Taller de los Artistas», donde se supone que debían vivir y trabajar los artesanos y artistas vinculados al palacio, y la «Casa de las Columnas». 

                                                            foto:Anne Holmes


                                                           foto: Richard Mortel

La Puerta de los Leones fue construida en el siglo XIII a. C. sobre el lado noroeste de la acrópolis y debe su nombre a una escultura en relieve de dos leonas en una pose heráldica que se encuentra sobre la entrada. Es la única pieza de escultura monumental que sobrevive de Micenas, como también la mayor escultura prehistórica del Egeo.

                                                               foto:Anne Holmes


                                                               foto: Richard Mortel 


                                                              foto: Richard Mortel


El Círculo de tumbas A (siglo XVI a. C.) se halla dentro de las murallas, junto a la Puerta de los Leones.

                                                          foto: Richard Mortel  


                                                            La puerta norte

                                                           foto: Richard Mortel
                                                             

Se conservan los restos de varias viviendas micénicas en el exterior de la acrópolis.

                                                           foto: Richard Mortel

 Las murallas se construyeron en un estilo conocido como ciclópeo, debido a que los bloques de piedra usados eran tan enormes que en épocas posteriores se pensó que eran fruto del trabajo de los gigantes de un solo ojo llamados Cíclopes. Los huecos que hay entre las grandes piedras se rellenan con piedras pequeñas. Una primera fase de las murallas se construyó hacía 1350 a. C., que fueron ampliadas hacia 1250 a. C., y nuevamente hacia 1200 a. C. Tenían dos puertas: la de los leones y la puerta norte.
                                                          foto: Richard Mortel


En el exterior de la acrópolis hay varias tumbas de cúpula que están formadas por un corredor abierto (dromos), una puerta y una cámara donde las cúpulas son de planta circular y alzado elíptico. Entre ellas, pertenecen al siglo XVI a. C. la Tumba Ciclópea, la de Epano Furno y la de Egisto; al siglo XV a. C. la de Panayía, la de Kato Furno y la del León; y al siglo XIII a. C. la de los Démones, la de Clitemnestra y la de Atreo. Destaca la Tumba de Atreo (1250 a. C.), situada en la colina Panayitsa, a unos 40 m. al suroeste de la acrópolis, que fue saqueada en la Antigüedad.

                                                          foto: Richard Mortel 



                                                                    foto: Jennie


Tirinto estuvo habitada desde el Neolítico (7º-4º milenio a. C.), lo que se ha constatado a través de restos de cerámica. Al 3º milenio a. C., la Edad del Bronce temprana, pertenecen los restos arquitectónicos más antiguos. Su época de apogeo coincide con el de la civilización micénica, a partir del año 1600 a. C., especialmente entre el 1400 y el 1200 a. C. Sus elementos más notables fueron su palacio, sus túneles o pasadizos y dos anillos de murallas ciclópeas, sobre todo estas últimas, puesto que le otorgaron a la ciudad el epíteto homérico de Tirinto, la de grandes murallas. Su acrópolis recibía el nombre de Licimna.

                                                         foto: Richard Mortel


                                                           foto: Richard Mortel


                                                          foto: Richard Mortel


                                                               foto: Richard Mortel

                                                                  Palacio

                                                           foto: Richard Mortel

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