La tradición de los gigantes y dragones procesionales abarca un conjunto
original de manifestaciones populares festivas y representaciones
rituales. Estas efigies aparecieron por primera vez en las procesiones
religiosas a finales del siglo XIV en muchos pueblos europeos y son el
emblema de identidad de ciertas ciudades belgas (Ath, Bruselas,
Dendermonde, Mechelen y Mons), y francesas (Cassel, Douai, Pézenas y
Tarascon), donde siguen siendo tradiciones vivientes.
Los gigantes y dragones son grandes muñecos que miden hasta nueve metros
de altura y que pueden pesar hasta 350 kilos. Representan héroes o
animales míticos, personalidades locales contemporáneas, personajes
históricos, bíblicos o legendarios. Se escenifica el combate de San
Jorge y el Dragón en Mons; el caballo Bayardo de la leyenda de
Carlomagno desfila en Dendermonde; Reuze Papá y Reuze Mamá, personajes
populares y familiares, desfilan en Cassel. Las representaciones, que
mezclan a menudo procesiones profanas y ceremonias religiosas, varían de
una ciudad a otra, pero siempre siguen un ritual muy preciso, en el que
el gigante está a menudo relacionado con la historia, la leyenda o la
vida de la ciudad.
Gigantes y dragones animan así las fiestas populares en las que son los
actores principales al menos una vez al año, puesto que cada gigante
tiene su fiesta en una fecha fija. Representan escenas históricas y
bailan en las calles acompañados de charangas y grupos de personas
disfrazadas. La muchedumbre sigue la comitiva y son muchos los que
participan en los preparativos y en las distintas etapas de la fiesta.
La fabricación de un gigante, así como su mantenimiento permanente,
requiere meses de trabajo y conocimientos de distintas técnicas, dada la
variedad de materiales utilizados.
fuente: 유네스코와 유산 - 유네스코한국위원회
fuente: www.ideal.es
fuente: constructordegigantes.com
fuente: www.youtube.com
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