La Abadía de San Galo fue durante muchos siglos una de las principales abadías de la Orden benedictina en Europa. Fue fundado en el año 613 y adoptó el nombre por San Galo, su fundador, un monje irlandés, compañero de san Columbano de Luxeuil. Bajo el gobierno del abad Waldo de Reichenau (740-814) se copiaron numerosísimos manuscritos, formándose así una nutrida biblioteca. Muchos monjes irlandeses y sajones se establecieron en la abadía para dedicarse a la copia de manuscritos. En la actualidad queda poco del monasterio original medieval. La mayor parte de las edificaciones, incluida la iglesia abacial, se reedificaron en un estilo tardobarroco.
La iglesia abacial
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