Patrimonio de la humanidad es el título conferido por la UNESCO (La Organización de las Naciones, la Educación, la Ciencia y la Cultura) a lugares específicos del planeta para catalogar, preservar y dar a conocer su importancia cultural o natural para la herencia común de la humanidad.
Quiero enseñaros estos sitios y monumentos maravillosos y aseguraros, que los lugares menos conocidos os van a sorprender gratamente.

jueves, 13 de abril de 2017

Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire. Venezuela

 Es una festividad popular y religiosa que se celebra cada 29 de junio en las ciudades de Guatire y Guarenas. Tiene su origen en la Época Colonial. Consiste en unos parranderos, vestidos con levita y pumpá (uno de ellos lleva la imagen del santo, otro lleva una bandera amarilla y roja) y acompañados por Cuatro y Maracas. La percusión se logra con unos pedazos de cuero de animal amarrados a los pies a manera de sandalias (llamadas cotizas). También van acompañados por dos niños impúberes, vestidos con un traje rojo y amarillo (parecido a los arlequines), que se conocen como "tucusitos". El personaje más llamativo es un hombre vestido de mujer que carga una muñeca de trapo. Este personaje se llama "María Ignacia" y la muñeca "Rosa Ignacia". Los dos tucusitos hacen las veces de sus otros dos hijos. Todos llevan la cara pintada de negro con betún o lo que ellos llaman "negro humo". Según la tradición oral, una esclava de nombre María Ignacia que vivía en algún lugar de Guatire o de Guarenas viendo que su hija Rosa Ignacia no curaba de una fiebre muy alta le pidió a San Pedro que intercediera por la sanación de su pequeña y si lo hacía, ella le prometía salir a bailar y a cantarle todos los días 29 de junio (santoral de San Pedro Apóstol). La niña sanó y la noticia de la promesa que había hecho María Ignacia se regó por toda la zona. Los demás esclavos decidieron acompañarla en su canto y baile por las polvorientas calles de Guatire (o de Guarenas, dependiendo el núcleo urbano más cercano del lugar donde surgió). Pasaron los años y un día con María Ignacia murió, su marido, para no romper la promesa que ella había hecho, decidió vestirse con sus ropas, abultar su abdomen con trapos (para simular embarazo) y salió a "parrandear". Lo acompañaban sus dos hijos varones. Con el pasar de los años, los esclavos siguieron pagando la promesa todos los 29 de junio: Un hombre se viste como María Ignacia, con una muñeca en sus brazos (Rosa Ignacia) y dos niños que siempre bailan cerca de "María Ignacia", algunos cultores argumentan que son sus dos hijos, más su presencia es de caracter simbolico de union entre los partidos políticos de la época: Liberales y Conservadores, que realizaron un pacto para no politizar la celebración. La tradición ha continuado hasta nuestros días.


                                                   fuente: Orinoquiaphoto


                                                    fuente: Alba Ciudad

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