La yurta es un hábitat nómada utilizado por los pueblos kazajo y
kirguís. Consta de un armazón de madera circular recubierto de fieltro y
amarrado con cuerdas, que se puede montar y desmontar fácilmente. Los
depositarios de los conocimientos y técnicas de fabricación de las
yurtas son artesanos (hombres y mujeres) que confeccionan sus armazones y
realizan la decoración interior. Las yurtas se fabrican con materias
primas naturales y renovables. Con la ayuda de aprendices, los hombres
fabrican manualmente los armazones de madera, así como diferentes
accesorios para la yurta con esta misma materia, o con cuero, hueso y
metal. Por su parte, las mujeres se encargan de ornamentar el
revestimiento exterior y el interior de la yurta con motivos
tradicionales zoomorfos, vegetales o geométricos. En general, trabajan
en grupos comunitarios bajo la supervisión de artesanas experimentadas,
utilizando técnicas artesanales para la confección de tejidos, hilados,
trenzados, fieltros, bordados, labores de aguja, etc. Al necesitar la
intervención de toda la comunidad de artesanos, la fabricación de las
yurtas fomenta el desarrollo de valores humanos comunes, la cooperación
constructiva y la imaginación creativa. Los conocimientos y técnicas
artesanales se transmiten tradicionalmente de maestros a aprendices, o
en el seno de las familias. Todas las festividades, ceremonias,
nacimientos, bodas y rituales funerarios se celebran en la yurta. Por
eso, este hábitat nómada tradicional sigue siendo para los pueblos
kazajo y kirguís un símbolo fundamental de la familia y la hospitalidad
tradicional.
fuente: Wikipedia
fuente: travelingepic.com
fuente: stevieonthemove.com
El ''aitys'', arte de la improvisación
Es un certamen de improvisación de poemas orales, recitados o cantados
al son de instrumentos de música tradicionales como el ''dombra'' kazajo
o el ''komuz'' kirguís. Dos intérpretes, llamados ''akyns'', compiten
entre sí improvisando poemas ingeniosos sobre temas de actualidad en los
que se suceden réplicas humorísticas y reflexiones filosóficas. Durante
el certamen, ambos intérpretes se sientan uno frente a otro e
improvisan su diálogo sobre temas propuestos por los espectadores. Se
proclama vencedor al akyn que demuestre poseer más virtuosismo musical,
sentido del ritmo, originalidad, capacidad de inventiva, sabiduría e
ingenio. Suele ocurrir a menudo que las expresiones más elocuentes e
ingeniosas de este tipo de certámenes acaben convirtiéndose en dichos y
refranes populares. El ''aitys'' se practica en muy diversas ocasiones,
desde festejos locales hasta acontecimientos nacionales, y los ''akyns''
suelen aprovecharlas para suscitar cuestiones sociales de importancia.
En el pasado, los participantes en estos concursos eran solamente
hombres, pero actualmente intervienen muchas intérpretes femeninas que
recurren a este arte tradicional para expresar los puntos de vista y
aspiraciones de las mujeres.
fuente: Unesco
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