Las islas Solovetsky se encuentran en el golfo de Onega del mar Blanco. El archipiélago ha estado habitado desde el siglo V a. C. y se pueden encontrar restos de habitantes que se remontan al V milenio a. C. Ha sido un lugar de ferviente actividad monástica desde el siglo XV, con varias iglesias que datan desde el siglo XVI al XIX. Se puede llegar a las islas por barco desde la ciudad de Kem o por avión desde Arjánguelsk.
foto: Christian Toennesen
El monasterio de Solovetsky se fundó en el segundo cuarto del siglo XV por dos monjes del monasterio Kirillo-Belozerski. A finales del siglo XVI, la abadía se había convertido en uno de los centros religiosos de Rusia más rico e influyente. La actual fortaleza y sus principales iglesias se erigieron en piedra a principios del reinado de Iván el Terrible a instancias del metropolita San Felipe de Moscú. Con la aparición del cisma de la iglesia rusa,
los monjes se adhirieron incondicionalmente a la fe de sus padres y
expulsaron a los representantes del zar del Solovkí, provocando una sublevación.
foto: Xavi
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Después de la Revolución de octubre,
las islas alcanzaron cierta notoriedad como lugar del primer campo de
prisioneros soviético. Fue inaugurado como un «campo de detención» en
1921, cuando Lenin
estaba aún a cargo de la Rusia Soviética. Fue transformado en prisión
en 1929 y cerrado diez años después, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El gobierno soviético se dio cuenta de la importancia estratégica de
las islas y a comienzos de la guerra hubo allí una base naval de la Flota soviética del norte.
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