Patrimonio de la humanidad es el título conferido por la UNESCO (La Organización de las Naciones, la Educación, la Ciencia y la Cultura) a lugares específicos del planeta para catalogar, preservar y dar a conocer su importancia cultural o natural para la herencia común de la humanidad.
Quiero enseñaros estos sitios y monumentos maravillosos y aseguraros, que los lugares menos conocidos os van a sorprender gratamente.

jueves, 4 de junio de 2015

Fiestas y ceremonias de México

Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos

El Día de Muertos es de origen mesoamericano. Honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. El culto a la muerte se practicaba desde la época precolombina. El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "La Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos. Posteriormente, los evangelizadores cristianos de tiempos coloniales aceptaron en parte las tradiciones de los antiguos pueblos mesoamericanos, fusionandolas con las tradiciones europeas, para poder implantar el cristianismo entre dichos pueblos.

                                                          foto: Tom Hilton


                                                            foto: SheltieBoy


Durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias suelen limpiar y decorar las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas y girasoles, entre otras, pero principalmente de cempasúchitl (clavelón de la India), las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos.

                                                                  foto: Ute

El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre.. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas y frente a ella se coloca un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos y estos vean a su vez únicamente al difunto.

                                                                  foto: Ute


El pan de muerto es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores españoles. Es un panecillo dulce que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, adornado con formas de huesos hechas con el mismo pan; se le espolvorea azúcar y se elabora con anís.

                                                              foto: A.Davey

 Las calaveras de dulce tienen escrito en la frente el nombre del difunto (o en algunos casos de personas vivas, en forma de broma modesta que no ofende en particular al aludido), y las consumen parientes o amigos.

                                              foto:  Paul Asman and Jill Lenoble

La ceremonia ritual de los Voladores

Sus orígenes se remontan al Período Preclásico Medio mesoamericano, se han encontrado representaciones de este ritual en la cerámica funeraria de las culturas de Occidente (Colima, Jalisco y Nayarit). Posteriormente pasó a otros pueblos, muy probablemente relacionada con el sacrificio gladiatorio y los cultos de la fertilidad. Sobrevive en la actualidad entre los nahuas y los totonacos de la Sierra Norte de Puebla y el Totonacapan veracruzano.
En la celebración acompañada de danzas y música se utiliza un tronco o "palo volador" donde se ajustan varias piezas: una pequeña base de madera, una cruz, un pivote (denominado también manzana) que unirá y posibilitará el giro, y una escalera unida al palo. En los extremos de la cruz se colocan cuerdas que sujetan a los danzantes voladores simbolizando los puntos cardinales, norte, sur, este y oeste, más el caporal que representa el centro. A más 20 metros en lo alto de la estructura, se sitúa el caporal, personaje que toca un tambor y una flauta, y coordina el ritual. Cada señal que el caporal hace es un tipo de acrobacia, en una de ellas cada danzante volador salta al vacío, sujetado por la cintura, boca abajo y afianzándose con las piernas y gira 13 veces cada uno de ellos silmulando descender por los 13 cielos del dios sol , que multiplicado por los cuatro voladores da el resultado de 52, ya que este número es el símbolo del ciclo de 52 años del calendario indígena o Xiuhmolpilli. Finaliza cuando los participantes empiezan a abrir el círculo hasta tocar el suelo.

                                                                 foto: tiunameru



                                                              foto: babbage



                                                       foto: Hagens_world

Los parachicos en la fiesta tradicional de enero de Chiapa de Corzo

Los Parachicos o Parachico son danzantes tradicionales de la Fiesta grande de Chiapa de Corzo,  que tiene lugar del 15 al 23 de enero. La fiesta tradicional, que se conforma de música, danza, artesanías, gastronomía, ceremonias religiosas y otras diversiones, forma parte de las festividades en honor de El Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián, siendo especialmente honrado este último. Cuenta con orígenes prehispánicos, sin embargo, la tradición data del siglo XVII, con la llegada de la imagen de San Sebastian Mártir a la entonces Villa real de Chiapa o Chiapa de los indios. Según el mito  una hermosa mujer buscaba cura para su hijo enfermo, pero después de haber visitado médicos y curanderos, no consiguió aliviarlo. Alguien le dijo que fuera a Chiapas donde seguramente encontraría la cura. Su hijo por fin se curó. Al darse cuenta de que el poblado era de gente humilde trató de recompensarlos repartiéndoles víveres. Mientras tanto los indígenas bailaban alrededor del niño —pintados y disfrazados—, para parecer blancos como su madre y el pequeño no se asustara. Cuando la señora —que supuestamente responde al nombre de Doña María de Angulo—, entregaba los regalos a los bailarines decía: “para el chico”, palabras que con el dialecto indígena se resumieron en “Parachico”.
La otra otra versión cuenta que a mediados del siglo XVIII llegó a Chiapa de Corzo una señora española, procedente de Guatemala, quien tenía un hijo enfermo al que los médicos no habían podido curar. Había llegado a Chiapa de Corzo con su hijo y una gran cantidad de sirvientes porque quería consultar a un afamado curandero indígena y fue a visitarlo: “¡Abrid paso que va a pasar mi señora María de Angulo!”, gritaban los sirvientes de la señora. El curandero le recomendó a la rica española llevar a su hijo enfermo a las aguas curativas de Cumbujuyù y bañarlo durante nueve días. Hecho esto, el niño sanó y ella se retiró a Guatemala feliz.
Parachicos  usan una máscara de madera, sarape de colores y una sonaja ya sea de lamina o de morro, llamado chinchin, los cuales salen por las calles a bailar al son del tambor y de flauta de carrizo también llamado pito. Mientras salen a bailar por las calles, visitan diferentes casas e iglesias que tienen a los santos, a los que se les ofrece un tipo de ofrenda con el baile.

                                                               foto: Checo González


                                                                    foto. Diana


                                                                    foto. Diana


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