El espectáculo ecuestre denominado “Tbourida” data del siglo XVI. Consiste en una escenificación de cabalgatas militares reconstituidas con arreglo a convenciones y rituales ancestrales arábigo-amazighs. Las representaciones de este espectáculo las efectúa un grupo formado por un número impar de jinetes (entre 15 y 25) que se alinean unos junto a otros con sus cabalgaduras, teniendo en medio de ellos a su jefe. Antes de que comience la “Tbourida” los jinetes suelen realizar abluciones rituales y rezar colectivamente, imprimiendo así un carácter religioso a su actuación. A las órdenes de su jefe, los jinetes y sus caballos ejecutan la cabalgata en dos partes: la primera es la “hadda”, o saludo de la tropa, en la que ésta hace su entrada al trote en la pista, haciendo una exhibición de manejo acrobático de sus armas y volviendo después a su posición de partida; la segunda parte es la “talqa”, en la que la tropa simula partir a la guerra a todo galope disparando sus fusiles cargados con cartuchos de fogueo. Los jinetes van ataviados con vestidos ornamentados de época, turbantes y babuchas, y lucen pequeños ejemplares el Corán y espadas árabes antiguas. Las bridas y sillas de los caballos están confeccionadas artesanalmente con materiales y ornamentos tradicionales. Las usanzas e indumentarias de los jinetes son representativas de sus tribus o regiones de pertenencia. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmite de generación en generación en el seno de las familias, a través de la tradición oral y mediante la observación de quienes lo practican.
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