Los días de su celebración, la poblaciones acuden a los hipódromos para admirar las demostraciones de jinetes y camelleros que ponen de relieve su destreza en el trato y doma de estos animales. Estos espectáculos van acompañados por expresiones artísticas tradicionales, como la recitación de poemas antiguos. Un alarde comienza con la presentación de figuras clásicas de la doma : obligar a los animales a tenderse en el suelo, montarlos manteniéndose en pie sobre ellos, galopar a toda velocidad agarrado de la mano de otro jinete o camellero, etc. Luego, los caballos y camellos desfilan con gualdrapas y hermosos jaeces de plata. Elementos del patrimonio cultura nacional en las zonas rurales y urbanas, los alardes acompañan las fiestas religiosas y nacionales, así como otros muchos acontecimientos de la vida social del país. En los alardes participan tanto hombres como mujeres y su celebración ofrece una oportunidad a los artesanos y músicos tradicionales para hacer gala de su talento profesional.
fuente: https://ich.unesco.org/es/RL/el-alarde-de-caballos-y-camellos-01359
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