Todos los años, las comunidades sufíes, tanto nómadas como sedentarias, emprenden una peregrinación al mausoleo del místico musulmán Sidi ‘Abd el-Qader Ben Mohammed, llamado también “Sidi Cheikh”, que se halla enterrado en la localidad de El Abiodh Sidi Cheikh. A partir del último jueves del mes de junio, dan comienzo tres días de celebraciones religiosas y festejos profanos en honor del fundador de la hermandad sufí. La peregrinación renueva los vínculos y alianzas entre los miembros de la hermandad y contribuye a garantizar la paz y la estabilidad entre las comunidades. También ha contribuido al reciente auge del sufismo, al fomento de valores comunitarios como la hospitalidad, y al ejercicio colectivo de prácticas religiosas (plegarias a Sidi Cheikh y recitaciones del Corán) y profanas (bailes y cantos). El ritual de la peregrinación comienza con una recitación a coro del Corán, seguida por una ceremonia celebrada al alba en la que las comunidades renuevan su adhesión a la hermandad sufí. Los festejos profanos comprenden bailes, competiciones de esgrima y concursos ecuestres en los que participan más de 300 jinetes procedentes de diversas comunidades. Los conocimientos espirituales se aprenden y transmiten en el seno de las familias, mientras que los maestros sufíes enseñan a los iniciados los principales rituales y plegarias mediante un sistema de enseñanza formal. Los bailes ejecutados por hombres y mujeres, así como los juegos profanos, se enseñan en el seno de asociaciones o se transmiten mediante la práctica.
fuente: Cnrpah
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