Es una costumbre típica de las carnestolendas que se practica desde el 2 de febrero, día de la Candelaria, hasta el Miércoles de Ceniza. Antiguamente, las máscaras “kurenti” iban de ronda solamente por los pueblos, pero ahora también desfilan por la ciudad de Ptuj. Según la creencia popular, el sonido de los cencerros que llevan y el palo que blanden en la mano tienen la virtud de alejar a los espíritus malignos y traer la felicidad a los hogares por los que pasan. Normalmente, los que practican esta costumbre tradicional actúan en grupo y algunos de ellos crean asociaciones. Una depositaria importante de esta práctica cultural es la Federación de Asociaciones de “Kurenti”, que desempeña una función coordinadora. Este elemento del patrimonio cultural contribuye fortalecer los vínculos de amistad entre las personas, y las comunidades interesadas lo consideran un elemento esencial de su identidad regional. Los jardines de la infancia y las escuelas primarias participan en la labor de salvaguardia del elemento, y los cursos impartidos en el sistema educativo oficial o en talleres de carácter informal contribuyen a mantener el afecto y el respeto por esta tradición. Las prácticas y los conocimientos vinculados a la práctica de esta costumbre se suelen transmitir sobre todo en el seno de las familias, y los jóvenes que forman parte de los grupos de “kurenti” aprenden mucho también de los miembros de más edad. Asimismo, los centros docentes y los museos desempeñan un papel importante en la salvaguardia de la viabilidad del elemento, organizando actividades, talleres y concursos.
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