El juego de la taba es un entretenimiento ancestral. Cada jugador tiene su propio conjunto de “assyks” o tabas –astrágalos de oveja, en general– entre las cuales hay una, llamada “saka”, pintada con un color vivo. Los jugadores tratan de desplazar con sus tabas las de sus rivales y la posición final de éstas es uno de los factores determinantes para vencer. La comunidad depositaria y practicante de esta práctica cultural engloba a la mayor parte de los habitantes del país, en particular los miembros de la Federación “Assyk Atu” y todos los practicantes asiduos del juego que son esencialmente niños y adolescentes de 4 a 18 años. Este elemento del patrimonio cultural se transmite mediante la observación: los niños de menos edad lo aprenden viendo jugar a los más mayores. También se transmite mediante programas de radio y televisión para incitar a los niños a jugar al “assyk atu” y familiarizar al público con esta práctica cultural.
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