La ejecución de esta danza exige disponer de un número impar de 
tambores, superior a doce siempre, que se disponen en semicírculo en 
torno a un tambor central. Algunos se tocan con ritmo continuo y los 
demás siguen la cadencia marcada por el tambor central. Dos o tres de 
los músicos danzan al compás de los tambores. Esta tamborrada ritual 
tiene lugar con motivo de la celebración de días de fiesta nacionales y 
locales, o de la acogida de visitantes importantes. Se supone que con 
ella se despierta a los espíritus de los antepasados y ahuyentan los 
espíritus malignos. Los depositarios de esta tradición cultural se 
reclutan en los santuarios del país y muchos de ellos son descendientes 
de guardianes de los santuarios de tambores sagrados. La danza ritual 
del tambor real, los valores que encarna y las técnicas especializadas 
de la fabricación de tambores se transmiten esencialmente por la 
práctica, pero también mediante la educación formal.
fuente: Unesco
fuente: Unesco


 
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