Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos
El Día de Muertos es de origen mesoamericano. Honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. El culto a la muerte se practicaba desde la época precolombina. El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "La Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli,
 Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la
 celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos. Posteriormente, los evangelizadores cristianos de tiempos coloniales 
aceptaron en parte las tradiciones de los antiguos pueblos 
mesoamericanos, fusionandolas con las tradiciones europeas, para poder 
implantar el cristianismo entre dichos pueblos.
foto: Tom Hilton
foto: SheltieBoy
Durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias suelen limpiar y decorar las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas y girasoles, entre otras, pero principalmente de cempasúchitl (clavelón de la India), las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos.
foto: Ute
El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre.. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas y frente a ella se coloca un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos y estos vean a su vez únicamente al difunto.
foto: Ute
El pan de muerto es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores españoles. Es un panecillo dulce que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, adornado con formas de huesos hechas con el mismo pan; se le espolvorea azúcar y se elabora con anís.
foto: A.Davey
Las calaveras de dulce tienen escrito en la frente el nombre del difunto (o en algunos casos de personas vivas, en forma de broma modesta que no ofende en particular al aludido), y las consumen parientes o amigos.
foto: Paul Asman and Jill Lenoble
La ceremonia ritual de los Voladores
Sus orígenes se remontan al Período Preclásico Medio mesoamericano, se 
han encontrado representaciones de este ritual en la cerámica funeraria 
de las culturas de Occidente (Colima, Jalisco y Nayarit). Posteriormente
 pasó a otros pueblos, muy probablemente relacionada con el sacrificio gladiatorio y los cultos de la fertilidad. Sobrevive en la actualidad entre los nahuas y los totonacos de la Sierra Norte de Puebla y el Totonacapan veracruzano.
En la celebración acompañada de danzas y música se utiliza un tronco o 
"palo volador" donde se ajustan varias piezas: una pequeña base de 
madera, una cruz, un pivote (denominado también manzana) que unirá y 
posibilitará el giro, y una escalera unida al palo. En los extremos de 
la cruz se colocan cuerdas que sujetan a los danzantes voladores 
simbolizando los puntos cardinales, norte, sur, este y oeste, más el caporal
 que representa el centro. A más 20 metros en lo alto de la estructura, 
se sitúa el caporal, personaje que toca un tambor y una flauta, y 
coordina el ritual. Cada señal que el caporal hace es un tipo de 
acrobacia, en una de ellas cada danzante volador salta al vacío, 
sujetado por la cintura, boca abajo y afianzándose con las piernas y 
gira 13 veces cada uno de ellos silmulando descender por los 13 cielos 
del dios sol , que multiplicado por los cuatro voladores da el resultado
 de 52, ya que este número es el símbolo del ciclo de 52 años del 
calendario indígena o Xiuhmolpilli. Finaliza cuando los participantes empiezan a abrir el círculo hasta tocar el suelo.
foto: tiunameru
foto: babbage
foto: Hagens_world
Los parachicos en la fiesta tradicional de enero de Chiapa de Corzo
Los Parachicos o Parachico son danzantes tradicionales de la Fiesta grande de Chiapa de Corzo,  que tiene lugar del 15 al 23 de enero. La fiesta tradicional, que se conforma de música, danza, 
artesanías, gastronomía, ceremonias religiosas y otras diversiones, 
forma parte de las festividades en honor de El Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián, siendo especialmente honrado este último. Cuenta con orígenes prehispánicos, sin embargo, la tradición data del siglo XVII, con la llegada de la imagen de San Sebastian Mártir a la entonces Villa real de Chiapa o Chiapa de los indios. Según el mito  una hermosa mujer buscaba cura para su hijo enfermo, 
pero después de haber visitado médicos y curanderos, no consiguió 
aliviarlo. Alguien le dijo que fuera a Chiapas donde seguramente 
encontraría la cura. Su hijo por fin se curó. Al darse cuenta de que el poblado era de gente
 humilde trató de recompensarlos repartiéndoles víveres. Mientras tanto 
los indígenas bailaban alrededor del niño —pintados y disfrazados—, para
 parecer blancos como su madre y el pequeño no se asustara. Cuando la 
señora —que supuestamente responde al nombre de Doña María de Angulo—, 
entregaba los regalos a los bailarines decía: “para el chico”, palabras 
que con el dialecto indígena se resumieron en “Parachico”.
La otra otra versión cuenta que a mediados del siglo XVIII llegó a Chiapa de
 Corzo una señora española, procedente de Guatemala, quien tenía un hijo
 enfermo al que los médicos no habían podido curar. Había llegado a 
Chiapa de Corzo con su hijo y una gran cantidad de sirvientes porque 
quería consultar a un afamado curandero indígena y fue a visitarlo: 
“¡Abrid paso que va a pasar mi señora María de Angulo!”, gritaban los 
sirvientes de la señora. El curandero le recomendó a la rica española 
llevar a su hijo enfermo a las aguas curativas de Cumbujuyù y bañarlo 
durante nueve días. Hecho esto, el niño sanó y ella se retiró a 
Guatemala feliz.
Parachicos  usan una máscara de madera, sarape de colores y una sonaja ya sea de lamina o de morro, llamado chinchin, los cuales salen por las calles a bailar al son del tambor y de flauta de carrizo también llamado pito. Mientras salen a bailar por las calles, visitan diferentes casas e iglesias
 que tienen a los santos, a los que se les ofrece un tipo de ofrenda con
 el baile.
foto: Checo González
foto. Diana
foto. Diana












 
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