Los wajapi, que pertenecen al grupo etnolingüístico tupi-guaraní, son 
una población indígena del norte de la Amazonia. Tienen una remota tradición que consiste en utilizar
 tintes vegetales para adornar sus cuerpos y otros objetos con motivos 
geométricos. En el transcurso de los siglos, han ido desarrollando un 
lenguaje único, mezcla de arte gráfico y verbal, que refleja su visión 
particular del mundo y mediante el cual transmiten los conocimientos 
esenciales de la vida de la comunidad.
Los motivos de este arte gráfico único, llamado kusiwa, se realizan con 
tintes vegetales rojos que se extraen de una planta del Amazonas, la 
bija, mezclada con resinas odoríficas. El arte kusiwa es tan complejo 
que los wajapi consideran que la competencia técnica y artística 
necesaria para dominar el arte del dibujo y preparar los tintes no puede
 alcanzarse antes de los cuarenta años. Los motivos más recurrentes 
suelen ser el jaguar, la anaconda, la mariposa y el pez. Los dibujos 
kusiwas evocan la creación de la humanidad y cobran vida a través de los
 numerosos mitos en torno a la aparición del hombre. Este grafismo 
corporal, estrechamente vinculado a las antiguas tradiciones orales 
amerindias, posee varias significaciones a distintos niveles 
sociológicos, culturales, estéticos, religiosos y metafísicos. De hecho,
 el kusiwa constituye la estructura genuina de la sociedad wajapi y su 
significación va mucho más allá de su mera dimensión artística. Ese 
repertorio codificado de conocimientos tradicionales evoluciona de forma
 permanente, ya que los artistas indígenas renuevan constantemente los 
motivos mediante la reinterpretación o la invención.
fuente: www.institutoiepe.org.br
fuente: portalamazonia.com
El “Círio de Nazaré”
Dan comienzo todos los años a 
partir del mes de agosto y su punto culminante es la gran procesión 
celebrada en honor de Nuestra Señora de Nazaret el segundo domingo de 
octubre de cada año, con motivo del traslado de una imagen de madera de 
la Virgen María desde la catedral de la Sé hasta la plaza del Santuario 
de Nazaret en la ciudad de Belem. Después de este acto religioso, las 
festividades se prolongan por espacio de dos semanas más.  Las festividades comprenden numerosos elementos que reflejan el 
carácter multicultural de la sociedad brasileña: prácticas culturales y 
culinarias tradicionales de la Amazonia; y objetos artesanales como los 
juguetes fabricados con madera de la variedad de palma local. El uso de barcos 
en la procesión tiene un carácter simbólico ya que Nuestra Señora de 
Nazaret es la santa patrona de los marineros. Los fieles levantan 
altares en casas, tiendas, bares, mercados y edificios públicos de toda 
la ciudad. La transmisión de esta práctica cultural tradicional se 
efectúa en el seno de las familias, cuando los padres asisten a los 
festejos acompañados por sus hijos pequeños y adolescentes.
  
   

 
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