Muy estructurado, este arte oratorio recurre al uso de refranes, máximas, figuras retóricas y juegos de palabras. En sus orígenes lo utilizaban los dirigentes para informar a las comunidades sobre determinados acontecimientos y decisiones administrativas, pero con el tiempo llegó a convertirse en un componente indisociable de toda una vasta serie de eventos de la vida social de Madagascar: festividades, funerales, ceremonias oficiales y acontecimientos públicos. En la práctica, el “Kabary malagasy” reviste la forma de un diálogo convencional en el que suelen intervenir dos oradores (mpikabary) ante el público congregado. Ese diálogo se puede prolongar durante varias horas en determinadas ocasiones, pero en otras como las honras fúnebres se simplifica y su duración se limita a unos diez minutos. Tradicionalmente reservado a hombres de edad avanzada y de condición social elevada, hoy en día lo practican cada vez más los hombres más jóvenes y las mujeres.
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