Basado en el alfabeto creado por Mesrop Machtots el año 405 de nuestra era con arreglo al principio de “una letra por sonido”, este elemento se distingue por su gran variedad de caracteres ornamentales que suelen clasificarse en función de su forma: lazos, pájaros, animales y personajes y criaturas míticas o fantásticas. Desde su invención, las letras del alfabeto armenio no han servido exclusivamente para crear un patrimonio cultural escrito, sino también para representar números, criptogramas, enigmas, etc. Hoy en día, esas letras se usan también en la producción de objetos artesanales. El arte de la escritura armenia ha impregnado a la casi totalidad de las capas sociales del país y ha influido muy especialmente en el arte popular. Entre los depositarios y practicantes del elemento figuran, entre otros, artistas, tapiceros, bordadores, joyeros, escultores, lingüistas y calígrafos. Todos los centros docentes, desde la escuela primaria a la universidad, contribuyen a la tarea de transmitir los conocimientos teóricos y prácticos de este arte a sus educandos, y en varios centros para jóvenes se otorga una máxima importancia a su enseñanza Desde 2008, la convocatoria anual del concurso internacional de diseño “Granshan” viene aportando un apoyo constante a la práctica y difusión de este arte. Por su parte, la Iglesia Apostólica Armenia desempeña un papel esencial en la familiarización de los niños y jóvenes con este elemento del patrimonio cultural vivo.
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