Esta danza se caracteriza porque sus movimientos que simbolizan las actividades humanas en ámbitos como: la celebración de ritos, la cultura, la vida diaria y el trabajo. Se suele practicar en ceremonias, bodas, fiestas aldeanas y eventos comunitarios. Hay tres clases de danza “xòe”: la ritual, la de presentación y la bailada en corro. La denominación de las danzas rituales y de presentación va acompañada del nombre del principal accesorio utilizado por sus ejecutantes en algunas de las escenificaciones: “xòe” con chales, sombreros cónicos, abanicos, varas de bambú, instrumentos musicales, bastones, flores, etc. Sin embargo, la “xòe” más popular es la danzada en corro, en la que los bailarines forman un círculo y con movimientos armónicos levantan y abren sus manos para luego bajarlas y estrechar las de la persona que tienen a su lado, ejecutando pasos acompasados, arqueando levemente el pecho y echando el cuerpo hacia atrás. Con estos sencillos movimientos los ejecutantes expresan su deseo de que la comunidad goce de buen estado de salud y de que reine en ella la armonía. Esta danza se acompaña con músicas interpretadas, entre otros, por instrumentos como laúdes con caja de calabaza, armónicas, tambores, gongs, címbalos y flautas de caña. Durante la danza, los sonidos de la música instrumental se mezclan con los cantos y los tintineos de las joyas de plata que las mujeres llevan colgadas en la cintura.
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