Los términos “Blaudruck”, “Modrotisk”, “Kékfestés” y “Modrotlač” significan literalmente “teñido o impresión en azul por reserva”, una práctica de los artesanos tintoreros consistente en aplicar a los tejidos una pasta impermeable a la coloración, antes de proceder a la operación de teñirlos de azul índigo. Esa pasta impide al tinte penetrar en los motivos o dibujos y los deja sin colorear. Los artesanos usan planchas fabricadas manualmente –que datan de tres siglos atrás en algunos casos– para aplicar sobre los tejidos dibujos con temáticas de inspiración genérica, regional o religiosa. Los motivos florales y zoológicos son representativos de las culturas locales de las distintas regiones. Este elemento del patrimonio cultural no se limita al mero teñido o impresión con azul índigo, sino que abarca las demás fases de la cadena de producción textil: preparación de la materia prima, hilado, tejido y acabado. El elemento se practica actualmente en pequeños talleres familiares regentados por artesanos impresores, cuya estirpe se remonta a dos o incluso siete generaciones atrás. Las labores de cada etapa de producción las llevan a cabo por igual los hombres y mujeres de la familia. Los conocimientos de este oficio tradicional se basan todavía en memorias escritas, propiedad de las familias, que datan del siglo XIX, y se transmiten también mediante la observación y la práctica. Los artesanos mantienen un fuerte vínculo emocional con su oficio, que les infunde un gran sentimiento de orgullo por ser los continuadores de una tradición familiar ancestral.
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