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sábado, 16 de mayo de 2020

Silat. Malasia

El “silat” es un arte marcial de autodefensa y supervivencia muy arraigado en el archipiélago malayo. Sus orígenes se remontan a los albores del Reino de Langkasuka y, desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en una práctica refinada de entrenamiento físico y espiritual que integra el uso de indumentarias malayas tradicionales, así como de instrumentos musicales y diversos elementos específicos. Hay muchos estilos de práctica del “silat” inspirados por los movimientos del cuerpo humano, de los animales y de las plantas. Por ejemplo, en la variante denominada “silat harimau” los movimientos estéticos y rítmicos de los practicantes imitan los gestos de ataque y defensa del tigre. En todo el país hay más de 150 estilos de “silat” que toman sus nombres de los seres vivos de la naturaleza circundante, a los que imitan o representan. En sus orígenes el “silat” era privativo de la casta de los guerreros, presuntos nobles defensores de la justicia. Hoy en día, lo practican gurús y maestros en artes marciales, así como profesores y alumnos de esta disciplina sobre cuyos hombros descansa la viabilidad de este elemento del patrimonio cultural vivo. Las sesiones de aprendizaje y entrenamiento tienen lugar por las tardes o las noches en espacios abiertos, como patios o jardines, y se efectúan bajo la dirección de un maestro y un “jurukaka”. En varias regiones se están creando cada vez más centros de instrucción y el número de practicantes formados ha aumentado muy considerablemente. Habida cuenta de su rápida difusión, el “silat” ha experimentado una considerable trasformación y su carácter de arte marcial ha ido cobrando cada vez más el aspecto de un arte escénico hasta convertirse, hoy en día, en una actividad lúdica y deportiva muy popular y beneficiosa para la salud.





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