Los rituales tienen por escenario el pueblo de Terisakkan, situado en la comarca de Karaganda del distrito de Ulytau. Esta celebración marca el fin del ciclo de cría caballar del año anterior e inaugura un nuevo ciclo anual. Arraigados en los conocimientos tradicionales sobre la naturaleza y en la relación milenaria entre el ser humano y el caballo, esos rituales de los criadores kazajos incorporan las competencias prácticas heredadas de sus antepasados nómadas, pero adaptadas al mundo contemporáneo. Durante todo el año efectúan los preparativos de este elemento del patrimonio vivo, integrado principalmente por tres prácticas rituales: “Biye baylau”, o “inmovilización de las yeguas”, que corresponde al antiguo “rito del primer ordeño” y comprende la faena de separar del resto de la manada a los potros y las yeguas, así como el ordeño de éstas y una celebración de ambas actividades con cantos, bailes y juegos; “Ayghyr kosu”, o “nupcias del semental”, un rito más reciente que consiste en reincorporar a los machos al conjunto de la manada; y “Kymyz muryndik”, o rito del “primer kumis compartido”, con el que se inaugura la temporada de producción de la leche de yegua fermentada y su consumo en común. Las celebraciones duran hasta tres semanas y finalizan con ceremonias familiares para beber juntos el kumis en cada hogar. Además de inaugurar un nuevo ciclo anual de cría caballar, estos rituales constituyen una muestra de la tradicional hospitalidad del pueblo kazajo Al verse obligados en el siglo XX a efectuar una transición forzosa del modo de vida nómada al sedentario, los criadores de caballos depositarios de este elemento del patrimonio cultural han adaptado la cría caballar tradicional a sus nuevas condiciones de vida para garantizar su viabilidad.
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