Los que practican la danza tradicional colectiva denominada “kolo” bailan en corro generalmente, cogiéndose de las manos y manteniendo los brazos bajados. Esta danza se interpreta con acompañamiento musical en reuniones privadas o públicas abiertas a la participación de todos los miembros de las comunidades locales. Además de las comunidades, son depositarios importantes de este elemento del patrimonio cultural numerosos organismos culturales, asociaciones artísticas y grupos de danzas folclóricas. La interpretación de esta danza con motivo de los acontecimientos más importantes de la vida de las personas y las comunidades constituye un testimonio de su vitalidad y viabilidad a todos los niveles. Las comunidades y los demás depositarios de esta práctica artística garantizan su notoriedad mediante la organización de fiestas, concursos y festivales locales, regionales o nacionales. Las asociaciones culturales y artísticas también contribuyen a la perdurabilidad de la danza. El método de transmisión más común de las competencias y conocimientos pertinentes es la participación directa. Los bailarines de mayor talento motivan a los demás, infundiéndoles el deseo de aprender y mejorar su propia práctica. Los conocimientos vinculados a este elemento se transmiten también en el sistema educativo normal y en los conservatorios de música y danza.
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