La técnica consiste en fabricar manualmente objetos con alambre. Fue en el siglo XVIII cuando algunos artesanos descubrieron las posibilidades interesantes que ofrecía el alambre para sus oficios y, en consecuencia, elaboraron una sencilla técnica manual que consiste en torcer los hilos de metal, unirlos a otros y entrelazarlos a mano sin soldadura. Al principio, esta técnica la utilizaron subsidiariamente algunos trabajadores manuales para reparar objetos de cerámica y cacharros de cocina, o para fabricar y vender sencillos utensilios de alambre. En el siglo XIX la práctica llegó a ser una artesanía propiamente dicha y, posteriormente, en el siglo XX, los artesanos especializados en el uso de este material empezaron a fabricar con él objetos de uso cotidiano o de valor artístico. La gama más reciente comprende nuevos tipos de hilos, materiales y técnicas que no se habían utilizado hasta la fecha. Los depositarios y practicantes de este elemento ejecutan sobre todo objetos de artesanía artística y venden sus creaciones en ferias, festivales y otra clase de eventos similares. Algunos de ellos provienen de familias en las que los conocimientos y técnicas correspondientes se vienen transmitiendo desde varias generaciones atrás. También hay asociaciones y clubs de artesanos aficionados.
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martes, 30 de marzo de 2021
viernes, 19 de marzo de 2021
La minería del carbón de Ombilin de Sawahlunto. Indonesia 2019
viernes, 5 de marzo de 2021
Gnawa. Marruecos
Gnawa (e gnaua, gnaoua, guenaua, etc.), es el nombre que reciben en Marruecos los miembros de una serie de cofradías místicas musulmanas caracterizadas por su origen subsahariano y por el uso de cantos, danzas y rituales sincréticos como medios para llegar al trance. Los gnawa son canciones de los esclavos que los gobernantes árabes y bereberes de los actuales Argelia y Marruecos, y especialmente este último, encontraron en diferentes regiones del África occidental con destino a sus ejércitos y a la construcción de ciudades y fortalezas. La formación de los gnawa es un proceso que se da a lo largo de varios siglos: no proceden de un contingente determinado de esclavos. Este elemento del patrimonio cultural vivo es, ante todo, una música de cofradías sufíes con letras de carácter religioso que invocan a los antepasados y los espíritus. Se trata de una práctica cultural que data por lo menos del siglo XVI y en sus inicios fue exclusiva de grupos y personas víctimas de la esclavitud y la trata de esclavos, pero hoy en día se considera parte integrante de la cultura e identidad polifacéticas de Marruecos. Los practicantes de este elemento en las ciudades ejecutan ritos de posesión terapéuticos que revisten la forma de veladas en las que, al compás de sucesivos ritmos y trances, se mezclan prácticas africanas ancestrales y elementos árabes y musulmanes, así como expresiones culturales típicamente bereberes. Los practicantes de las zonas rurales organizan comidas colectivas en ofrenda a los santos morabitos. Los intérpretes musicales usan instrumentos de cuerda y crótalos en las ciudades, mientras que en el campo prefieren los tambores y los crótalos. En las zonas urbanas las indumentarias de los practicantes son coloridas y llevan bordados, mientras que en las comarcas campesinas predominan los ropajes blancos con abalorios.
fuente. Gnaoua, un enracinement de la culture noire – Discovery Morocco